Sesiones individuales 1a1
Siempre te estás comunicando, aunque no te muevas ni hables. Esa es una premisa básica: no existe la no comunicación. Por ello, dominar tu comunicación te hará sentir más tranquilidad, control y confianza, y mejorará tus relaciones en todos los ámbitos.
Gracias a la combinación de mis conocimientos en periodismo, teatro y psicología, te acompaño a través de ejercicios y técnicas específicas para alcanzar tus objetivos lo antes posible y disfrutar por el camino del placer de transformar y ampliar tu mirada con respecto al mundo que te rodea.
Te recomiendo empezar si quieres...
- Hablar mejor en público y expresarte con más fluidez
- Aprender a elaborar textos creativos, originales y atractivos (¡y honestos!)
- Herramientas para prevenir o resolver conflictos personales
- Potenciar y mejorar tu escritura
- Ganar seguridad cuando te comunicas con el resto
Contenido desplegable
¿Por dónde empiezo?
¡Ya has empezado! Nos comunicamos desde que nacemos, es un proceso que no tiene fin y que no puede evitarse. Tomar consciencia de ello y trabajar para mejorar traerá beneficios a todas las áreas de tu vida.
Las palabras: el origen de todo
Las palabras crean tu realidad: adquirir riqueza léxica es ampliar los límites de tu mundo. Detectar qué pensamos o sentimos y saber expresarlo con las palabras, estructura e ideas adecuadas aporta (y proyecta) bienestar y confianza.
La voz y el cuerpo
La comunicación no verbal es decisiva a la hora de expresarnos, más incluso que la verbal. Tener control sobre ella nos ayuda a perder miedo escénico y es clave para destacar y hacer que nuestro mensaje llegue.
Comunicación y relaciones
Cómo te comunicas afecta a tus relaciones con los demás, y también a la relación contigo mismo/a. Existen técnicas y métodos específicos para resolver o evitar conflictos a través de la comunicación, e incluso para transformar nuestra realidad en positivo y contribuir a la superación de problemas o traumas.
Entiende tu mente: psicología de la comunicación
Nuestro cerebro interpreta miles de mensajes por día, y para optimizar recursos se ayuda de los sesgos cognitivos y los estereotipos. Conocer cómo funciona nuestra mente (y la de los demás) es clave para dominar todos los elementos presentes en el proceso comunicativo.